Inoculantes

Desarrollamos y producimos inoculantes bacterianos de la más alta calidad internacional, con tecnología de avanzada y estrictos controles en todas las etapas de elaboración y almacenamiento.

Los productos formulados con cepas de distintas especies y géneros de rizobios permiten a la planta obtener elevadas cantidades de nitrógeno atmosférico por medio de la Fijación Biológica del Nitrógeno.

Además, elaboramos promotores de crecimiento a base de distintas bacterias PGPR (Plant Growth Promoting Rhizobacteria) para distintos cultivos, los cuales permiten mejorar el aprovechamiento de los recursos productivos y aumentar los rendimientos.

También comercializamos inoculantes para uso en reservas forrajeras, tanto de ensilajes como de granos húmedos, para aumentar la eficiencia de los procesos de fermentación y reducir las pérdidas de calidad durante el almacenamiento.

Leguminosas

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Leguminosas

Formulaciones a base de Rhizobium específicos para cada leguminosa forrajera y Bradyrhizobium específicos para soja, de altísima concentración y en soporte totalmente estéril, tanto turba como líquido.

Permiten lograr una excelente nodulación del cultivo, para maximizar la Fijación Biológica del Nitrógeno y aumentar el rendimiento de forraje y/o grano.

FUNDAMENTOS TÉCNICOS

El uso de inoculantes para leguminosas se fundamenta en el proceso denominado Fijación Biológica del Nitrógeno, resultante de la relación simbiótica que puede establecerse entre las especies vegetales pertenecientes a la familia de las leguminosas y las bacterias de los géneros Rhizobium y Bradyrhizobium. El descubrimiento de esta asociación fue realizado en 1886, por los científicos alemanes Hellriegel y Wilfarth.

La característica particular de las bacterias de los géneros Rhizobium o Bradyrhizobium (genéricamente rizobios) es la facultad de éstas de fijar nitrógeno atmosférico, mediante la ruptura del triple enlace del N y su transformación a amoníaco, cuando se encuentran alojadas en la raíz de la planta leguminosa formando estructuras denominadas nódulos.

La simbiosis que se establece es un proceso biológico de complementación entre el macrosimbionte (la leguminosa huésped) y el microsimbionte (el rizobio), mediante el cual la bacteria abastece a la planta con nitrógeno luego de la fijación del mismo y a su vez, la planta cede carbohidratos a la bacteria para su metabolismo. De esta manera la planta logra el suministro de su principal nutriente, el nitrógeno, en cantidades muy importantes, siendo la atmósfera la fuente del mismo, en la cual el nitrógeno se encuentra en una proporción cercana al 80 %. El nitrógeno obtenido de esta manera por la planta será luego uno de los constituyentes básicos de la proteína vegetal e integrante de otros compuestos como vitaminas, coenzimas, clorofila y ácidos nucleicos.

El proceso de Fijación Biológica del Nitrógeno forma parte del denominado ciclo del nitrógeno.

INOCULACIÓN DE LAS LEGUMINOSAS

A partir del estudio de la relación simbiótica rizobio-leguminosa se han desarrollado los inoculantes para leguminosas. Estos consisten en formulaciones de cultivos puros de rizobios específicos para cada especie de leguminosa, en alta concentración y en soporte que permita el mantenimiento de un adecuado estado fisiológico de las bacterias, para su dosificación a la semilla del cultivo específico. De esta manera, la inoculación con el inoculante específico favorece el establecimiento de la simbiosis entre la planta y una cepa de rizobios seleccionada por sus condiciones de alta competitividad, infectividad y eficiencia de fijación de nitrógeno. Esto permite que la nutrición de la planta con nitrógeno no dependa del aporte de nitrógeno del suelo (lo cual está en función del contenido de nitrógeno mineral y del potencial de mineralización de nitrógeno del mismo), ni del agregado de fuentes químicas nitrogenadas (fertilizantes).

Las cepas de rizobios seleccionadas para ser incluídas en los inoculantes deben reunir las exigencias de especificidad, virulencia y eficiencia:

- Especificidad: es la capacidad de nodular solamente ciertas leguminosas; la cepa del inoculante debe ser específica para la especie vegetal correspondiente.
- Virulencia: es la velocidad con que el rizobio logra infectar la raíz y formar nódulos. Esta propiedad es indicadora de competitividad de la cepa de rizobio, lo que es muy importante cuando en el suelo existen cepas nativas y/o naturalizadas con diferente eficiencia respecto a la cepa del inoculante.
- Eficiencia: es el nivel de capacidad para fijar nitrógeno con su huésped específico. La introducción de rizobios seleccionados a las leguminosas y el suelo, a través de la inoculación, es una práctica agronómica ampliamente reconocida a nivel mundial por sus beneficios en términos productivos y económicos.

Ventajas de la inoculación de las leguminosas:

• La inoculación de las leguminosas asegura la formación temprana de nódulos efectivos que garantizan un adecuado abastecimiento de nitrógeno para el cultivo durante todo el ciclo de crecimiento.
• Una correcta práctica de inoculación permite, en función de las condiciones de suelo y ambientales particulares, que la planta logre abastecerse, vía la fijación biológica, de un altísimo porcentaje del nitrógeno necesario, independizándose de la necesidad de aplicaciones complementarias de fertilizante químico.
• La inoculación aumenta la producción de forraje, los rendimientos de materia seca y grano y la calidad de la cosecha; también mejora el contenido de proteínas en forrajes y granos.
• La F.B.N. a través de la inoculación, permite entrar al sistema del suelo elevadas cantidades de nitrógeno, con lo cual mejora la fertilidad natural del suelo (en función de lo que se extraiga fuera del sistema en la cosecha del grano o forraje) a través del nitrógeno que queda en el suelo en los restos de cosecha y raíces.
• La inoculación asegura un excelente abono verde. Al descomponerse cultivos de leguminosas luego de su crecimiento vegetativo, se consigue un aporte de abono orgánico de primera calidad que aumenta la fertilidad del suelo y el rendimiento de los cultivos subsiguientes.
• Al prescindir del agregado de fertilizantes químicos, la inoculación contribuye a preservar el medio ambiente, evitándose la contaminación de aguas y atmósfera por la lixiviación de nitratos y la volatilización de amonio.